Tuesday, May 29, 2007

Mi tesoro

A mi amiga del alma, Gra

Una vez me enseñaste a sonreir con los ojos…
Y
desde entonces te guardé como un tesoro…

Te conocí cuando la vida
te golpeaba, y de repente
Sentí que algo me ataba a vos, para
siempre…

Tu mirada fue mi brújula…en este mar de
incertidumbres…
Y tu risa bálsamo para mis pasos esquivos…

Mi
amiga en secreto, mi confidente, mi gran compañera

Mi dicha es
extrema por haberte descubierto,
Rubí sagrado, ópalo
reluciente…

Tanto brillas , que de sólo mirarte me
enciendo

Tuesday, May 15, 2007

El enviado (relato)

Giraban las manecillas de un reloj empotrado en la pared, con un ruido seco y una gotera enmohecía la madera del suelo.
Jaló el gatillo con un instinto animal; casi salvaje…tenía la mente clara, libre de disyuntivas morales…el sudor frío parecía retroceder, como si de golpe no sintiera miedo…y se preguntó si acaso no había sido ese su mayor deseo, un placer latente que albergaba en lo más recóndito de su ser…
El señor G. observaba a su presa, sin un atisbo de humanidad, parecía alejado de todo aquello: el cráneo destruido, la sangre manando a borbotones, el olor a pólvora y muerte...

Pensó que nunca había sentido mayor plenitud y calma; ahora entendía la banalidad de todo lo existente, el sinsentido…
El sujeto se irguió, y realizando un movimiento leve y acompasado se dirigió hacia el rellano de la puerta… Desde allí el paisaje era completamente sublime: un hombre recostado en su cama, con un agujero en la nuca, dormía apaciblemente.
El señor G. roció el recinto con abundante combustible, prendió una de sus cerillas viejas y la echó sobre las cobijas…
Bajó las escaleras rápidamente, mientras tarareaba su blues favorito…Una vez afuera lo esperaba el señor H.
-Concluido…-le dijo duramente y con la voz firme, infranqueable…

Detrás, las llamas lamían las paredes y convertían en cenizas el mantel bordado de la tía Elvira.

Reencuentro

Se miró al espejo...
Hurgó cada rincón, buscando...

Este lunar, esta cicatriz, esta nariz respingada..
Esta boca furtiva, objeto de pasiones...
Estos labios carnosos, expectantes.

Se recorría, conociéndose, éstas manos tersas que tantean dudosas.
Esta piel cetrina, que explota en cada abrazo.

Estas piernas fuertes, que corren si es que hace falta.
Este vientre sagrado, cuna de otros vientres, que regala dicha y vida.

De pronto, se reconoció, y al verse tan puro, tan auténtico, se sintió único...

En la quietud de una noche como cualquier otra, un hombre ríe con ganas, jugando como un niño...
A pesar de los años, es la primera vez que se observa, descubriéndose.
Y al encontrarse finalmente consigo mismo se sintió feliz...

Sueños

La sensación de la brisa fresca y mi cuerpo mecerse, hay pocas cosas en este mundo tan sobrecogedoras.
Y la mano firme de una persona añorada, soñada, esperada.
Después de todo, el sentirse un poco acompañado entre tanta soledad.
Quizás sea aparente, pero me gusta. Lo disfruto.

Busco en penumbras un lecho donde dormir, resguardarme.
Mi cama de niña era fría, ajena.
Ahora quiero yo misma reconstruir lo que se ha caído.
Una mano y otra, y mis pasos taciturnos y quizás lo logre.

Pienso en mi gata enroscada entre cojines. Parece un ovillo de algodón.
Es tal la sublimidad de lo más bello, que cuesta plasmarlo en unas líneas.

Una taza de té bien caliente a la noche, antes de acostarme; un baño reparador que es la analogía exacta de tus manos masajeando mi cuerpo; un encuentro sexual, donde los sudores se funden y en el grito del éxtasis se va la vida; un libro que ensordece los sentidos y donde uno se pierde, encontrándose; una buena siesta, atrapada entre las frazadas tibias, tanteando entre sueños lo que no he alcanzado en la vigilia.
Eso es lo que me gusta. Lo disfruto

Martes 15 de mayo de 2007, 6:57 P.M

Aquí, desde mi trabajo escribo...
Por suerte ayer me fue bien en el examen, fue un logro para mí, ocupar mi mente y ver que aun soy capaz de tantas cosas...

Dejo este texto, que escribí, por estos tiempos...

Incertidumbre


No sé si es angustia por no
tenerte...
Buscarte y no hallarte.
Si tú no quieres yo no puedo sola
tejer
hilos de oro.

La última vez me dijiste que me amabas, y yo, no
se
por que, no te creí. Aunque quise.

Pero parecías querer convencerte a ti
mismo, y el amor no es así, querido amigo.

Recién lo comprendo,
ahora, en este momento.


Sunday, May 13, 2007

Domingo 13 de mayo de 2007 2:40 P.M


Bueno, fui al recital. La verdad estuvo buenísimo. Tocaron 3 horas!!
Lo único medio malo fue el sonido, por momentos no se escuchaba la voz del pelado Cordera y la banda lo tapaba. Y había muuucha gente. Yo fui a campo, pero no vi absolutamente nada. Sólo por la pantalla del medio.
Pero el Monumental es imponente...nunca vi algo asi.
Ahora tengo que ir a estudiar la bella asignatura Estadística, porque mañana tengo examen. La verdad cero ganas, pero bueno, debo ocupar mi mente...
Me voy yendo con la letra de una canción de Bebe que me encanta. (cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia (?!))


Cuidandote

Despacito cuando tu dormías, ella te hablaba, te preguntaba, te protegía
Ella prometió darte todo, pero sólo pudo darte lo que tuvo
Para ti lo más hermoso era amanecer junto a sus ojos
Iluminando el mundo

Volaste alrededor de la luna con ella, le pediste que nunca se fuera
Y ella respondió: mi amor siempre estará cuidándote

Pero los pájaros no pueden ser enjaulados, porque ellos son del cielo,
ellos son del aire.
Y su amor es demasiado grande para coartarlo.

Y la dejaste volar, y tus ojos lloraron hasta doler
Pero sólo tu sabías que así tenía que ser
Que así tenía que ser

Ella prometió darte todo pero solo pudo darte lo que tuvo
Y para ti lo más hermoso era amanecer junto a sus ojos
Iluminando el mundo

Pero los pájaros no pueden ser enjaulados porque ellos son del cielo, ellos son del aire
Y su amor es demasiado grande para cortarlo

Y la dejaste volar… Y tus ojos lloraron hasta doler
Pero solo tu sabías que así tenia que ser
Que así tenia que ser
Y la dejaste volar y sus ojos lloraron hasta doler
Pero solo ella sabia que así tenia que ser
Y la dejaste volar y tus ojos lloraron hasta doler
Pero solo tu sabias que así tenia que ser
Que así tenia que ser.

Sino

A todos los grandes escritores

Una gaviota vuela entre nubes
de otoño; el frío desgarra una hamaca olvidada, ya sin ecos de risas
infantiles… Un hombre blasfema al aire; esa indescifrable sensación de no saber
para qué seguir, de levantarse cada día simplemente para transitar en este hilo
fino de inconstancia….
Y si estoy cansada de lo incierto? Y si ya no sé que
me espera mañana? Adonde resguardarme entre tantas
preguntas?...

Pero mi mano aun crea, y la pluma se desliza burlona,
hacia lo indecible….Por lo menos aquí existo, se agazapa el tiempo en estas
líneas… ésta es mi única certeza, mi sino… Aquí perduro…

Saturday, May 12, 2007

Sábado 12 de mayo, 2:40 PM

Bueno, luego del comando rescate, mi gata siamesa Ciara ha vuelto al hogar. Es una verdadera alegría.

Hoy a las 19 hs tengo el recital de la Bersuit en River, así que en un rato me preparo para la odisea. Les dejo entonces una cancion bersuitera.


Convalescencia en Valencia


Hay alguien en la luna de Valencia que ayer fue a
dar una vuelta

y se quedó a vivir allá.
Yo lo conozco es un amigo infiel, se cortó solo y se
lastimó.

Tal vez algunos locos de aquel barrio, compañeros
de escenario

lo podamos rescatar.
Porque una voz querida cruza el
mar

y toca fibras íntimas.

Más cuando se anda tan lejos, pidiendo auxilio en
el desierto

Desintegrado en un cráter cayó
y está aturdido y sin reflejos.
Y llora cuando recuerda ese amor que lo hizo
mierda

O porque no quiere reconocer que es un maldito
argentino.


Zarpado a full de fobia incierta, siempre un mal de
amor lamenta

LLeva una daga en el pecho, esa es la ofrenda de
una dama que no quiso rey

Y un viaje lento hacia una luna sin
miel.

Quedarse es tan triste como irse, es que tiene una
certeza

sólo sabe equivocarse, y va perdido esperando una
señal

preso en la bruma de la inercia.

Más cuando se anda tan lejos, pidiendo auxilio en
el desierto

Desintegrado en un cráter cayó, y va aturdido y sin
reflejos

Y llora cuando recuerda, ese amor que lo hizo
mierda

O porque no quiere reconocer que está
solo

en la luna de Valencia, solo en la luna de
Valencia...

Solo.

Impunidad

Un poco de luz entre tanta oscuridad, me pediste casi
en un sollozo…y yo quise bajarte la luna,

pero no pude; tan lejos se mostraba la altanera,
mientras jugueteaba con su manto de estrellas…
Una chispa de alegría, me
exigiste con total razón… hay tristeza en este mundo, me di cuenta, desolada…no
sé en qué recovecos se esconde la algarabía…sólo puedo obsequiarte unos ecos de
risas lejanas que he atesorado…
Y clamaste, con real desasosiego, que no
existe la justicia, ni la igualdad… y eras certero: la impunidad es el beso
ponzoñoso, deseoso de posarse con avidez en carnosos labios impregnándolos
con su veneno eterno…

Disfrute


Disfrutar cada trozo de vida,
saborearla de a poco,
degustarla, agasajarla;
desglosarla en aromas diversos,
perfume del aire, de la lluvia,
del mar embravecido,
de la pasión desenfrenada, de los besos….

Cautivarse con sus colores,
sus contornos, sus líneas entrelazadas;
sus caminos divergentes;
alabar sus atardeceres,
sus albas, sus horizontes;
recordar sus silencios, sus bullicios…

Conocer sus victorias, sus fracasos;
su oscuridad avasallante;
su luz enceguecedora…
Sentir el abanico de la brisa,
el manantial del rocío; la catarata del llanto,
la algarabía de la risa…

Albergar destellos, ráfagas de plenitud,
fracciones de felicidad, segundos de utopía…
Alcanzar instantes de goce, acapararlos,
aprisionarlos, absorberlos,
guardarlos en una cajita para respirarlos
de vez en cuando; para acariciarlos,
para hacerles cosquillas, para sonreír…

Alba


Por el amor, de cualquier tipo...


La miró en la penumbra de aquella habitación; se notaban sus años, el peso de la vida en sus hombros, sus manos marchitas, sus gestos cansados, su cuerpo exhausto…Parece tan frágil, pensó casi en un susurro… La abuela le sonreía, a pesar de que ya no soportaba vivir en ese esqueleto inservible; esa maraña de huesos quebradizos, casi sin carne para recubrir; ese sistema inútil y doliente en que se había convertido su organismo, que ya no acataba órdenes de ningún tipo; soy como una criatura, se burlaba irónica Alba, deben darme de comer, vestirme, lavarme y hasta ponerme pañales y de la risa que le generaba el patetismo de su estado se atragantaba con la tos seca que la tenía a maltraer desde hace varios meses…
Julia la amaba; su abuela de oro, su nona querida, manitos de lana, ovillos de cuentos; ella era ese refugio donde resguardarse, ese abrazo cálido que entibiaba el alma; la sabia Alba, la que la esperaba con una leche caliente y le decía al oído: mi pomponcito de nieve…y la apretujaba, haciéndole cosquillas…Esa mujer fuerte, madre ejemplar, estricta y exigente pero a la vez tan dulce como la miel; tan encantadoramente única…
La niña se sentó en la cama de su abuela y le tomó la mano; sus dedos añejos, arrugados, hartos de tejidos y puntillas, de pinchazos de agujas; de amasar hasta el hartazgo; esos mismos dedos que habían tocado el piano a la perfección, dibujando bemoles, corcheas de memoria tal como si la música brotara de ellos; y esos, los dedos que acariciaron, que atraparon, que husmearon, que descubrieron y vencieron tantas bocas, tantas piernas, tantos vientres…y también esos los mismos que negaron, rehuyeron, rechazaron tantas otras veces…Las manos magnánimas de doña Alba…Julia pensó que no obstante el paso de los años continuaban siendo hermosas…
-¿Qué pasa mi niña? ¿Aun llueve?- preguntó la abuela enredándose entre las frazadas tibias
-No, abuelita, ahora salió el sol, buen augurio…Podemos ir a caminar un ratito por ahí, y tomamos aire…Aquí adentro cada vez está más oscuro, ¿por qué no abren las ventanas?- se levantó rápidamente y descorrió las cortinas con decisión y al instante la luz inundó el cuarto; luego entreabrió las ventanas y la brisa hizo danzar sus cabellos
-Siempre tan atenta, mi linda niña… a veces me olvido del sol…que bello se ve, ¿verdad?
- Sí, se acerca la primavera y ya el frío no te molestará – Julia trataba de evadir la melancolía que la embargaba: esa habitación oscura, su abuela moribunda; la soledad, el desamparo…
- Si fuera tan simplemente eso lo que me molestase...- Alba se quedó unos momentos pensando, divagando allá lejos, recordando los días de su juventud, la plenitud…Volvió a su nieta y cambiando el tono de su voz le sonrió…
- Pero hoy estoy bien, no te preocupes, me siento mucho mejor, es más creo que he logrado controlar el dolor con mi mente…Al fin y al cabo el dolor es relativo como todo, uno lo magnifica cuando en verdad no lo es tanto…
Julia envidiaba esa fortaleza de su abuela, se preguntaba si algún día podría alcanzarla, ella que era tan débil, que cada vez que debía enfrentar alguna situación el miedo la consumía; que ante el mínimo malestar se sentía desfallecer e imaginaba los peores diagnósticos y no podía dejar de sentirse casi en todos los momentos como la extraña de la familia, hasta ridícula, siempre llorando, le decía su hermano José Luis, algún día te vas a secar de tantas lágrimas…
La única persona que la hacía sentir importante en ese mundo era aquella mujer que intentaba convencerla de que aunque se sintiera desdibujada por el temor y la incertidumbre, era valiosa; sólo debía cerrar los ojos y buscar dentro de sí el coraje que atesoraba; lo tienes ahí guardadito, niña, basta con sacarlo afuera...
-Bueno, abuelita, es la hora de un buen paseo…espero que sea de su agrado que la acompañe…
- Cómo no…El placer es mío…
Ambas se rieron…Siempre la carcajada presente, ese bálsamo para los oídos, esa sensación de vida que motivaba, que alentaba a seguir, ese símbolo de unión inquebrantable…Reír para vivir, reír para acallar penas, reír para sanar…
Julia se incorporó…Se dirigió a buscar la ropa de su abuela, dispuesta a vestirla como todos los días, aquella rutina diaria, en la cual ponía tanto ahínco, tanto esmero, tanta dedicación; quería que Alba quedara bella, que todos pudieran adorarla, ovacionar su vigorosidad a pesar de todo, sus ojos profundos como el océano, su mirada cauta, sus manos siempre atentas; todo su ser, con esa libertad envidiable, esa fuerza indestructible, ese corazón refulgente; que sintieran ansias aunque fuera por unos instantes de sumirse en ese pecho donde tantos se habían dormido, plácidos, ese escondite, recoveco de amor, abrigo de los miedos, de las tristezas, de las soledades …
Cuando se acercó con la blusa y la pollera y comenzó a destapar a su abuela notó que estaba fría, un sudor helado corría por su rostro y tiritaba…
- Abuelita, ¿que te ocurre? ¿te sientes bien? ¿tienes frío?
- Ya pasa mi niña, todo pasa…- le sonrió, su mirada era segura, parecía calma…- Creo que no podré levantarme hoy, de repente sentí cansancio, mejor dormiré un poco…quizás más tarde…
Julia sabía que su abuela le mentía, estaba convencida de que no se hallaba bien desde temprano, y que sólo había intentado disimular sus quejas para no preocuparla; ay abuelita mía…el egoísmo jamás morará en tu alma…
- Llamo a un médico, no me tardo…-Julia estaba nerviosa, le molestaba no haber notado los síntomas de su abuela con anterioridad… ¿cuánto tiempo había permanecido así, tiritando, sola, sin que nadie viniera a verla…? ¿Por qué no llegué antes?...se reprochaba… Estos lugares de porquería, ¿por qué dejé que mamá la metiera aquí? Ni les abren las cortinas, para que por lo menos se alegren al ver la luz…Son tan crueles que hasta quieren que mueran a oscuras… malditos…
-No, no hace falta, siempre tan extremista, Julita, no es nada, la vida es así, basta de médicos y enfermeras, ¿para qué atrasar lo que es inminente?- Alba lo sabía, esa mañana lo había sentido, de improviso, una ráfaga de aire nuevo, pudo vislumbrar que se acercaba el final…dicen que ahí, cuando falta poco el dolor amaina de golpe, como si desapareciera, como si brindara un respiro al cuerpo maltrecho… pero no dijo nada, se quedó calladita, a la muerte hay que recibirla tranquila, le había aconsejado su nona cuando era chiquita, ¿para qué hacer alharaca y patalear, si igual venir viene de la misma manera?...
Y entonces la miró, le acarició el cabello rizado color de ébano y sus palabras emanaron de sus labios con total serenidad, y su voz se volvió cálida, aflautada como en los tiempos de antaño cuando le susurraba canciones de cuna:
-Mi pomponcito de nieve, gorjeo de ave, trino de gorrión…no tengas miedo, esto es solo un boceto… después viene lo mejor, la separación es ilusoria, siempre estaremos unidas...no hay distancia verdadera… El amor te lo llevas contigo…
Y sus ojos se fueron cerrando, mientras mantenía su sonrisa gigante, y sus gestos se volvían apacibles y parecía volar, elevarse, volverse inmensa, inconmensurable… Y se fue alejando y alejando…. Y su voz se perdió en un eco…
- El amor te lo llevas contigo… te lo llevas contigo…
Y su vida fluyó como agua de un manantial, y su cuerpo pareció por fin respirar, aliviado…y hasta sus manos se volvieron más jóvenes y su tez brilló iluminada por la luz de aquella tarde de agosto…
Julia hundió su pelo entre los pliegues del camisón de su abuela, inhalando su aroma a otoño y ahogándose en un lamento, se durmió como una pequeña…


Mariana Bartís, 16 de diciembre de 2003

De una madre y una hija

A mi mamá, Silvia Kucher


En que nos parecemos? No lo se, de golpe, un gesto, un ademán, esa forma de
observar de lado que tienes, de contornear las caderas, tu manera de sonreír, de
pestañear sin saberlo, de mirar al más allá, buscando, esperando,
recorriendo…
Mi madre me llama, me besa, me abraza…tu mano en la mía, tu
cabello rizado, con tu aspecto tan propio, tan personal, tan únicamente tuyo…y
tu voz, esa que canta aunque yo no te deje, aunque te mire con ojos de pocas
ganas… aunque me de risa…
El sentimiento se torna indescriptible, penetrarlo
me parece tan arduo, comprenderlo aun más, es extraño el quererte tan sólo
porque te quiero, porque me diste la vida, porque en algún sentido y lo sabemos,
te pertenezco…fui parte tuya, de tu cuerpo…una prolongación de tu ser…
Y
ahora nos vemos, separadas, independientes, el dejarme escapar, los puentes que
se ciernen sobre nosotras y se quiebran… tus deseos de que alcance lo que busco,
pero qué es?, aun no lo se…intento, tanteo, me pierdo, me caigo, y tu mirada
siempre atenta, desafiante, a veces amenazadora, me inhibe, pero también, qué
paradoja, la necesito…
Nos conocemos? Cuando puedes decir que conoces a
alguien, que puedes descubrir sus recovecos y sentirte con el derecho de
inmiscuirte en sus acciones, sus conductas, su comportamiento? Te conozco y no
sé nada de ti, me conoces y tampoco me sabes…y quizás nunca habríamos de
encontrarnos, que ironía, en otra vida, si fuéramos otras nosotras, las
circunstancias…
Pero te quiero, y cuando te busco en penumbras y te alcanzo
me siento serena, y si tengo frío la tibieza de tu cuerpo me abriga, y sé que
haces lo máximo que tus fuerzas te brindan, y que estás sola y a veces tienes
miedo y lloras a escondidas…
Te miro y me miro a veces, o no quiero
mirarte y te odio, pero ese odio es pasajero, lo sabemos, la incondicionalidad
de nuestro vínculo nos lo permite…
Incondicional soy para ti y lo
sabes…aunque parezca ajena o tosca si sufres me duele…pero entiende, no sé como
ayudarte, qué decirte, es difícil descifrar el alma
Y también cuando me
duele, tú sientes pesar, tristeza, y desearías que quizás regresara allí a tu
vientre, donde estaba protegida de las vicisitudes y donde también tú
controlabas mi vida…
Pero no podemos, madre, esta es la situación que nos
toca en suerte, este momento, el aquí y ahora…
Una madre, una hija y la unión
más compleja y más profunda que ha existido; la intensidad apabulla los
sentidos…el quererte y que me quieras…

Inicio

12 de mayo de 2007 0:30 hs

Bueno, aquí estamos, me he dejado tentar por estas cosas de Internet...
Trataré de utilizar este espacio para publicar algunos de los textos que he escrito a lo largo de mi vida, que tienen que ver con mis vivencias, mis sensaciones, o simplemente creaciones...
A sumergirse entonces en mundos desconocidos!!

Pd: nota aparte, mi gata siamesa se habia escapado el día miércoles por el techo de mi casa y hasta hoy no teníamos noticias...hace unas horas un empleado de la fábrica de lanas de la vuelta me tocó el timbre y me dijo "encontramos al gatito" (es gatita, pero bue...)
Así que la rescataremos...
Moraleja: no tengan nunca un gato...los estúpidos no saben el cariño que generan en sus dueños y se van lo más campantes buscando independencia...
No obstante SON IRRESISTIBLES.